El director técnico del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, ha explicado hoy que, pese al contratiempo de no poder percibir el efecto tridimensional en toda su profundidad, "los problemas que pueden derivar de las imágenes en 3-D no son graves para la vista". Según Fernández Vega, cuando un paciente remite molestias al exponerse a imágenes estereoscópicas es sintomático de una foria, un pequeño giro en uno de los ojos que impide la formación de una sola imagen tridimensional y que, con el tiempo, puede dar lugar "a patologías más fácilmente detectables, como el ojo vago".
Ante las primeras quejas, los responsables de Nintendo se han apresurado a recordar las recomendaciones que acompañan a la 3DS: que se realicen descansos periódicos, y que se desactive el efecto 3-D cuando son niños menores de seis años los que utilizan la consola. Además, reconocen que cada individuo, dependiendo de su visión, puede percibir el efecto 3-D con diferente intensidad.
Optometristas y oftalmólogos coinciden en apuntar la oportunidad que supone tener acceso a estas tecnologías para poder detectar precozmente problemas en la visión binocular que pueden corregirse con un tratamiento adecuado.